1. Políticas, procedimientos, concientización: Establecen el tono en toda la organización con relación a la protección de los activos de información, definen los objetivos y actividades de control y proveen un criterio de auditoría para el programa de seguridad. Para ser efectivas, las políticas deben ser debidamente comunicadas a todo el personal de la empresa. La concientización es clave debido a que es el personal quien maneja a diario los sistemas y las informaciones, por lo que sin su compromiso no es posible mantener la seguridad.
2.
3. Seguridad Física: Aún tengamos las más estrictas medidas de seguridad lógica, esto no nos protegerá de un intruso que intente sabotear o causar algún daño físico a nuestros sistemas. Por esta razón debemos mantener controles de seguridad física adecuados, tales como CCTV, control de acceso físico, alarmas y vigilancia; particularmente en áreas sensibles como el centro de cómputos.
4. Antimalware: Las tecnologías antimalware (las cuales protegen de amenazas como los virus, troyanos, gusanos, botnets, spyware y otras formas de código malicioso) continúan su evolución hacia sistemas más inteligentes, capaces de detectar las amenazas más sofisticadas y complejas sin depender principalmente de firmas estáticas. Estas por igual requieren ser gestionadas correctamente. Asegurar su correcta actualización y monitoreo son aspectos clave para mantener su efectividad.
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